10 de noviembre de 2020. Autora: Silvia Briegas
Cuando viajas a Ecuador, sientes que te envuelve un ambiente familiar y cálido, como si ya hubiera estado allí. No es un decorado para turistas. No es un museo ni un espectáculo. Es la realidad.
Incluso cuando vas a visitar las comunidades indígenas y sus mercados, te darás cuenta que los tenderos no se preocupan de posar para las fotos o asaltar al viajero, están simplemente trabajando y comerciando como en cualquier otro mercado del mundo.
El mercado de Otavalo es uno de los más conocidos y coloridos de Ecuador. A sólo 2 h y media de Quito, puedes encontrar todo tipo de frutas, verduras y otros alimentos, unidos a los puestos de artesanías que se suelen encontrar en los lugares más concurridos por los viajeros.
Es un lugar interesante para pasear un rato y quizá comprar algún recuerdo de Ecuador, pero ya que vienes hasta aquí, te desvelamos 3 lugares más que harán que la visita a Otavalo merezca mucho más la pena y uno que no.
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La Laguna de Cuicocha: de camino a Otavalo, se encuentra esta laguna que en realidad es una caldera volcánica, al pie del volcán Cotacachi en la cordillera Occidental de los Andes ecuatorianos. Su nombre Quichua significa “Laguna de los Dioses” y merece la pena hacer el paseo alrededor de sus orillas para disfrutar del espectacular paisaje que se aparece en días claros.
La ruta a pie se puede hacer en unas 4 h y media, y tiene un perfil fácil, sobre todo si lo comparas con los ascensos al Cotopaxi o al Chimborazo. Es una ruta ideal para hacer una caminata en altura y descubrir los volcanes de Ecuador.
Si lo prefieres, también puedes hacer un paseo en barco y visitar el centro de interpretación de la laguna, haciendo un paseo corto alrededor del mismo para tener una aproximación al entorno.
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La Cascada de Peguche: a 15 minutos a pie del mercado de Otavalo está la comunidad de Faccha Llacta. La comunidad ha creado un sendero ecoturístico entre los eucaliptos del bosque con una serie de paneles que te harán valorar aún más el entorno en el que te encuentras. El acceso es libre aunque te recomendamos dejar un donativo para contribuir a la conservación del Bosque Protector.
La cascada tiene un profundo simbolismo para las comunidades indígenas del norte del país y para los visitantes. Durante el solsticio de verano, el 22 de diciembre, los habitantes de las comunidades cercanas acuden a darse un baño ritual en las aguas de la cascada, una ceremonia los prepara espiritualmente para el nuevo ciclo que se inicia tanto en sus camposcomo en sus propias vidas.
Enmarcada en un impresionante marco verde, al final del sendero está la cascada, de unos 20 metros de altura. Un paseo que seguro te va a encantar.
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Ñanda Mañachi: el rato que pasamos con los Ñanda Mañachi es para nosotros uno de los recuerdos más bonitos de nuestro viaje a Ecuador. Esta familia de músicos, cuyo nombre significa “Préstame el camino”, sabe transmitir como nadie la esencia de Ecuador y la cultura quichua desde hace casi 50 años. Puedes visitarlos en su casa taller en San Antonio de Ibarra, pre-reservando antes con ellos la visita, ya que no siempre están disponibles.
Sin artificios, sin shows, solamente compartiendo su saber hacer y su amabilidad en un intercambio honesto entre viajero y anfitrión. Inolvidable si eres amante de la música en todas sus formas.
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Cotacachi: si solo tienes un día para recorrer la zona de Otavalo, te recomendamos saltarte el pueblo de Cotacachi. A menos que quieras comprar objetos de cuero, el pueblo en sí, no tiene mucho encanto.
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