Guatemala enfrenta desafíos ambientales y sociales. Y es que el país lleva apenas unos años dejando atrás su complicado pasado de guerra civil y recibe a viajeros que quieren ir más allá de los manidos destinos de México y de los tópicos sobre Centroamérica.
Si bien los niveles de pobreza entre la población son altos, especialmente en la zonas rurales, y la pandemia también dejó sentir sus efectos en el desarrollo humano, el turismo responsable es una actividad económica que puede producir grandes mejoras en la vida de las personas de estas poblaciones.
La adopción de buenas prácticas y la demanda de los #buenosviajeros hacen que las comunidades y el sector turístico se involucren responsablemente con el desarrollo de los destinos y beneficien cada vez más directamente a la población local.
El lago Atitlán es el hogar de numerosos pueblos indígenas y una reserva de agua dulce fundamental para su economía y su desarrollo. Sin embargo, es un ecosistema especialmente frágil desde el punto de vista ambiental y están en constante amenaza debido al aumento del turismo, a la falta de sistemas de gestión de aguas y al desarrollo de grandes obras hidráulicas. Es imposible no contribuir a la degradación medioambiental de la región si pasas por allí pero puedes hacer mucho para reducir tu impacto.
En los pueblos que rodean el lago de Atitlán, puedes hacer estancias en casas de familias locales, durante las cuales puedes aprender más sobre la vida cotidiana y compartir con tus anfitriones comidas preparadas de forma tradicional. Actividades como éstas apoyan la cultura maya y animan a la gente a permanecer en las zonas rurales y los pueblos en lugar de emigrar a las ciudades en busca de trabajo.
Viajando a Guatemala de manera consciente, puedes contribuir positivamente al desarrollo sostenible del sector turístico eligiendo operadores turísticos responsables, apoyando negocios locales y respetando las normas de conservación en parques y reservas naturales. Participar en actividades turismo comunitario es también una forma ideal de conocer a la gente y su cultura y vivir una experiencia auténtica.
Por último, el enorme potencial de desarrollo comunitario y la necesidad de educación han abierto un sinfín de oportunidades de voluntariado, pero mientras que algunas han beneficiado realmente a los residentes locales, otras son de dudoso provecho. Si vas a realizar alguna estancia de voluntariado en Guatemala, revisa bien las condiciones y los objetivos del programa en el que participes para asegurarte de que realmente contribuye a mejorar la vida de los locales.
Para más información sobre sostenibilidad en los viajes a Guatemala puedes leer este artículo con nuestras recomendaciones y vivencias personales: Turismo Sostenible en Guatemala
